Es común que los empleados, ejecutivos o directivos de una organización o negocio en algún momento se sientan con una excesiva carga de trabajo. Pero analicemos con más detalle las posibles causas.
¿Realmente el trabajo es excesivo o se debe esto a una desorganización personal?
En la mayoría de los casos no existe tal carga excesiva de trabajo, sino esa apreciación radica en una falta de organización y principalmente a dejar todo al último momento. Seamos honestos con nosotros mismos; cuanto tiempo mal invertimos en cosas que no requieren de mucha de nuestra atención e incluso que no tienen ninguna importancia para el desarrollo y ejecución de nuestras responsabilidades en el negocio.
¿El tiempo lo invierte en lo urgente o en lo importante?
Aún cuando suena trillado decirlo; aprendamos a identificar que no todo lo urgente es importante, por lo tanto en muchas ocasiones dejamos de prestarle atención a los asuntos importantes que tal vez requieren de tiempo de calidad y supervisión para su exitoso y oportuno resultado.
¿Lleva un adecuado control de los asuntos de trascendencia para él negocio?
Por muy brillante que sea nuestra memoria siempre se requiere de una agenda u otra forma de llevar un seguimiento de todos los asuntos de importancia, un asunto importante mal administrado puede convertirse en un asunto urgente de mucha importancia que por consiguiente nos genera la sensación de una excesiva carga de trabajo y esto puede significar la diferencia entre un negocio mal administrado.
¿Tiene siempre en mente uno de los principios de administración?
“La autoridad se delega… la responsabilidad se comparte”